Los egresados de la facultad de Artes se retiraron de la sesión del Consejo Superior de la UNT con más dudas que certezas. Habían ido a plantearles a los miembros de ese cuerpo su malestar, su incertidumbre y sus preguntas acerca de dos temas: la validez de la carrera de Artes Plásticas y las demoras -casi históricas- en la entrega de los diplomas en esa unidad académica.
Pero antes de que les dieran la palabra, la rectora Alicia Bardón, hizo un anuncio: “Quiero decir que ya tiene resolución ministerial la carrera de Artes Visuales, que es como se llama ahora Artes Plásticas”.
¿Artes Visuales? Se miraron algunos que se estaban enterando en ese mismo momento del cambio de nombre. Sin embargo, en esa antesala de sesión bastante convulsa el dato pasó casi inadvertido.
Egresados y estudiantes transmitieron la molestia por las demoras en la entrega de los diplomas. Uno de los estudiantes pidió “respuestas claras sobre la situación”. Otra egresada confirmó que no podía hacer los trámites ante la Junta de Clasificación porque no tenía el título que la habilita.
Algunos decanos tomaron la palabra, entre ellos Olga Paterlini, de Arquitectura. “No puede ser una situación normal en la facultad. Es un problema grande que requiere intervención importante de nuestra parte”, le dijo a sus pares consejeros.
Sugirió, además, hacer un diagnóstico y que para eso se solicitara a la Secretaría Académica los datos necesarios antes de la reunión prevista con Paulo Falcón, funcionario del Ministerio de Educación de la Nación prevista para el 30. “En Arquitectura cada cuatro meses llegan los títulos”, agregó la decana.
La “nueva” carrera
En medio de las explicaciones sobre las demoras, volvió a mencionarse el tema del cambio de nombre del título. La secretaria Académica, Marta Tuzza, explicó que el cambio de denominación obedecía “a una visión más amplia del fenómeno artístico” y aclaró que los estudiantes que todavía no han recibido su título lo harán con el nuevo nombre. También dijo que la fecha de la resolución con la validez nacional tenía fecha del 8 de marzo.
Un vocal del gremio de docentes Adiunt en Artes retrucó, señalando que el cambio excedía el tema de la denominación. “También se cambió el plan de estudios”, dijo. Esto encendió más la alarma entre los presentes, pero ya no había tiempo para planteos nuevos. Algunos consejeros comenzaron a pedir que el tema ya no se tratara.
Las elucubraciones continuaron fuera de la sala de sesión, en el patio del Rectorado. Allí los egresados empezaron a preguntarse: ¿de qué carrera somos? ¿En qué momento se cambió el nombre? ¿Por qué no nos enteramos? ¿Esto nos va a perjudicar?
Otros también hicieron referencia a la fecha que señaló Tuzza de la resolución: 8 de marzo. ¿Por qué la Universidad no salió a explicar el cambio de nombre, la validez y qué va a suceder con los egresados que no tienen su título y con los que recién van a comenzar a gestionarlo? La sensación que transmitían era de desconcierto, pero también de enojo. Alimentado por el hecho de que ni la decana, Raquel Pastor, ni la vicedecana, Silvia Agüero, participaron de la sesión del Consejo Superior.